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sábado, abril 25, 2009
Que tal queridos lectores, si bien es cierto el iPhone es una sensación hoy en dia, la verdad he de confesar que cada vez que tomo uno me la paso de perlas, pero hay limites. Actualmente se dice que puedes instalar un total de 148 aplicaciones en tu super "telefono" de Mac, sin embargo todo exceso provoca un mal como todo vicio, he aquí la historia de una usuaria que se volvió adicta a este gadget:
Hola. Me llamo Deborah Yao y soy adicta a las aplicaciones de iPhone. No lo vi venir. Compré un iPhone porque me pareció un aparato único, con videos musicales de iPod, teléfono, internet y mucho más.
Pero después comprobé que tiene aplicaciones que pueden ser la razón de muchas noches sin dormir.
Las aplicaciones son programas de software que uno descarga y que le ofrecen nuevas opciones. Mi teléfono ahora funciona como podómetro, grabador de voz, instructor del gimnasio y me vigila el presupuesto. Me asegura que podrá hallar el lugar donde estacioné el auto, darme masajes en el hombro y repeler mosquitos, gratis o a muy bajo costo.
Apple, la fabricante del iPhone, dice que tiene 25 mil aplicaciones que permiten hacer ''de todo''. Me propuse comprobarlo, usando solo las aplicaciones gratis, a lo largo de todo un día. Usé la aplicación BargainBin, que le dice a uno cuáles son los programas por los que no hay que pagar y cuáles de los pagos tienen rebajas.
A las 07:30 suena la aplicación con una alarma, goodNite Lite, que me despierta con un sonido suave. Demasiado suave, de modo que es mejor subir el volumen.
Cuando voy al baño a cepillarme los dientes, pongo a funcionar la radio y escucho mi programa favorito de las mañanas.
Para el desayuno, reviso la aplicación de un libro de cocina rápida de Betty Crocker, que ofrece recetas con los ingredientes que uno tiene a mano. Le digo a Betty que tengo huevos y vegetales, y su aplicación genera 175 recetas que van desde un sencillo omelette de queso hasta suflés más complicados.
Elijo la ropa que voy a usar con un dedo: hago funcionar la aplicación Stylish Girl, que almacena imágenes con mi ropa y me permite combinarlas. Pero primero hay que sacarle fotos a la ropa, lo que puede ser una incomodidad.
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Hola. Me llamo Deborah Yao y soy adicta a las aplicaciones de iPhone. No lo vi venir. Compré un iPhone porque me pareció un aparato único, con videos musicales de iPod, teléfono, internet y mucho más.
Pero después comprobé que tiene aplicaciones que pueden ser la razón de muchas noches sin dormir.
Las aplicaciones son programas de software que uno descarga y que le ofrecen nuevas opciones. Mi teléfono ahora funciona como podómetro, grabador de voz, instructor del gimnasio y me vigila el presupuesto. Me asegura que podrá hallar el lugar donde estacioné el auto, darme masajes en el hombro y repeler mosquitos, gratis o a muy bajo costo.
Apple, la fabricante del iPhone, dice que tiene 25 mil aplicaciones que permiten hacer ''de todo''. Me propuse comprobarlo, usando solo las aplicaciones gratis, a lo largo de todo un día. Usé la aplicación BargainBin, que le dice a uno cuáles son los programas por los que no hay que pagar y cuáles de los pagos tienen rebajas.
A las 07:30 suena la aplicación con una alarma, goodNite Lite, que me despierta con un sonido suave. Demasiado suave, de modo que es mejor subir el volumen.
Cuando voy al baño a cepillarme los dientes, pongo a funcionar la radio y escucho mi programa favorito de las mañanas.
Para el desayuno, reviso la aplicación de un libro de cocina rápida de Betty Crocker, que ofrece recetas con los ingredientes que uno tiene a mano. Le digo a Betty que tengo huevos y vegetales, y su aplicación genera 175 recetas que van desde un sencillo omelette de queso hasta suflés más complicados.
Elijo la ropa que voy a usar con un dedo: hago funcionar la aplicación Stylish Girl, que almacena imágenes con mi ropa y me permite combinarlas. Pero primero hay que sacarle fotos a la ropa, lo que puede ser una incomodidad.
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